La «literatura femenina», ¿discriminación o género?

AYOZE GARCÍA LAS PALMAS.

En los últimos días se ha reunido en Gran Canaria un grupo de personas con dos cosas en común: la primera y la más importante, la pasión por la literatura, y la segunda, su condición de mujeres. Por desgracia, muchas sienten que su género ha determinado injustamente su lugar en el mundo de las letras, insertadas en la confusa categoría de «literatura femenina».

Ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado el Club Pen en su primer congreso organizado en España sobre la literatura escrita por mujeres. Durante las jornadas se ha señalado que la creciente incorporación de autoras a la creación literaria ha tenido como consecuencia la constitución de un nuevo canon más plural, frente a la exclusiva lista de escritores masculinos propia de siglos pasados.

A la hora de abordar las particularidades desde las que la mujer se enfrenta al hecho literario y a su imagen como escritora, algunas asistentes al congreso afirmaron preferir que se erradicase el apelativo «femenino» en las referencias a su obra, del mismo modo que no se habla de literatura «de hombres». Por el contrario, otras escritoras opinan que lo mejor sería precisamente hacer hincapié en las singularidades del punto de vista femenino, capaz de instituirse en una «aportación imprescindible para el mundo contemporáneo». Eso sí, ambas posturas coinciden en el diagnóstico: también en la literatura se sufre la discriminación sexista.

Dicha situación se agudiza en ciertos ámbitos geográficos, políticos, sociales y religiosos. El Club Pen quiso reconocer «el extraordinario mérito» de las escritoras que perseveran en el cultivo de su talento en lugares donde el analfabetismo, la pobreza y multitud de dificultades desalientan con saña la creación literaria. En este sentido, se reivindicó el papel que las escritoras pueden ejercer para reclamar la completa equiparación de derechos entre ambos sexos.

La directora del evento, Monserrat Cano, destacó en sus conclusiones que la mujer que se dedica a la literatura da testimonio de su tiempo para anticipar uno mejor, y contribuye a modificar el imaginario social que con el paso de los siglos ha atribuido a su género unos roles fomentados desde la infancia a través de la educación.

El principal objetivo de este congreso era unir mediante a la literatura a escritores de distintos países, comunidades y culturas. Los organizadores destacaron «la altísima calidad» de las aportaciones de las escritoras canarias, poco conocidas en la Península.