Primera reserva virtual de palabras "en vías de extinción"
La iniciativa intenta “apadrinar” vocablos que hayan caído en desuso. Bochinche, zaguán, y cachivache, son algunas de ellas. En coincidencia con el Día Internacional del Libro, los 7.120 términos elegidos por internautas de todo están en: www.reservadepalabras.org.
La primera reserva virtual de palabras "en vías de extinción" nació hoy con 7.120 términos propuestos por internautas hispanohablantes de todo el mundo, que acudieron al rescate de palabras en desuso a través de una iniciativa propuesta en España.
"Bochinche", "gaznápiro", "alféizar", "zangolotino", "zaguán", "damajuana", "botarate", "balde", "escuchar", "cachivache", "alcancía", "hogaño","cáspita", "andancio" -propuesta por el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero-, o "cascarrias" fueron los términos más apadrinados por los 13.833 participantes.
En coincidencia con la celebración del Día Internacional del Libro, los 7.120 términos diferentes elegidos por internautas de 69 países de los cinco continentes pueden encontrarse desde hoy en el espacio virtual www.reservadepalabras.org.
La mayoría de los participantes de esta iniciativa son españoles (9.761), seguidos por argentinos (1.367), chilenos (588) y mexicanos (241). La propuesta, que arrancó el 30 de marzo, es el resultado de la campaña "Apadrina una palabra en vías de extinción" organizada por la Escuela de Escritores y la Escola dï Escriptura del Ateneo Barcelonés.
Javier Sagarna, director de Escuela de Escritores, afirmó que "el objetivo era reflexionar sobre el uso del idioma, su riqueza y su diversidad de una forma lúdica".
"También plantear el debate sobre el empobrecimiento de la lengua y ver la respuesta de los hablantes: qué palabras consideran los internautas que están en peligro de extinción y dar espacio a la percepción subjetiva de cada hablante", agregó.
La respuesta fue la participación de más de trece mil internautas que durante 21 días acudieron al rescate de palabras que "cayeron en desuso", "términos que los hablantes encuentran amenazados por la pobreza léxica, los extranjerismos o los eufemismos".
Bochinche -"tumulto, barullo, alboroto, asonada", según la definición de la Real Academia Española (RAE) en su primera acepción- puede ser un ejemplo de cómo el idioma evoluciona de distinta manera en los países de habla hispana.
La mayoría de los 155 internautas que coincidieron en apadrinar esta palabra son argentinos, chilenos, colombianos y venezolanos, países donde este término mantiene su uso.
"Me trae recuerdos de la infancia y todavía la uso, sobre todo para designar el desorden de los distintos cursos del colegio secundario en donde doy clases, irónicamente de inglés", dijo una profesora argentina.
Sin embargo, entre los internautas españoles que apadrinaron bochinche, también encontramos su segunda acepción, "porción de líquido".
"Mi padre, que es de Extremadura, utilizaba esta palabra para referirse al enjuague bucal que hacemos tras lavarnos los dientes", comentó Teresa Luengo, una internauta que participó de la encuesta".
"Cuando yo era pequeña esperaba a que él viniese de trabajar para lavarnos los dientes juntos y hacer ’bochinches’ inflando bien los carrillos. Pensaba que era un invento de mi padre pero descubrí que un bochinche es, entre otras cosas, la porción de líquido que cabe en la boca...", agregó.
Esta palabra aún conserva una acepción más en Panamá, donde Pedro Crenes, otro internauta, creció viendo como "toda la vida del barrio pasaba por los labios bochinchosos y viperinos de la señora Fina, la mujer más mala del mundo en aquellos años de mi niñez".
"Allí se utiliza bochinche para designar al chisme, a veces calumnioso, contra una persona o familia, que cobra mayor proporción y maledicencia a medida que pasa de una persona a otra", contó Pedro.
"A lo largo de la iniciativa hemos comprobado la vitalidad y diversidad de una lengua que hablamos 400 millones de personas en el mundo; hemos visto cómo palabras que en un país están prácticamente extinguidas en otro tienen plena vigencia", explicó Sagarna.
Las voces relacionadas con la niñez o los juegos de infancia (zangolotino, gua, chiquilicuatre) y las labores del campo o los objetos del mundo rural (alcancía, balde, urdimbre, almazuela) coparon las preferencias de los participantes.
También hubo quienes apadrinaron palabras que difícilmente caerán en desuso, aunque quizás sí lo haga su significado. Así, 58 internautas coincidieron con el escritor µlvaro Pombo en que "escuchar ya no significa prestar atención a lo que se oye, sino simplemente percibir sonidos con el tímpano".
"Es un ejemplo más de que la lengua está viva y evoluciona y, de la misma manera que incorpora palabras nuevas, deja de usar otras que pierden aquello que les da vida, su significado, su capacidad para establecer un vínculo de comunicación entre dos personas", subrayó Sagarna.
Reserva de Palabras continuará siendo una página web participativa, donde los internautas podrán seguir enviando palabras en desuso y evocando qué significan para ellos.
Será un espacio, que como dice una frase de Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad, en el que "podrás encontrar esas palabras, y también lo podrán hacer tus hijos y tus nietos, para no tener que señalar con el dedo aquello que designan"
Monday, April 23, 2007
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