Tuesday, October 04, 2005

Crece el interés del público por las muestras fotográficas

Finalmente la fotografía es reconocida como una de las artes más bellas. Después de un siglo de que el crítico Sadakichi Hartmann hiciera público el deseo de que esto ocurriese, la fotografía empieza a invadir los salones de arte, los museos, las librerías, los quioscos de revistas y los sitios de Internet.

En algunas salas, donde hasta hace poco había un óleo ahora hay una foto. Sólo en la Capital se ofrecen, en un mes, entre 50 y 80 muestras y actividades que tienen a la fotografía como principal protagonista.

"La fotografía está entrando en los museos un poco a los codazos, por la falta de espacios, pero tiene todo el derecho de hacerlo en su condición de expresión artística", dijo a LA NACION Alberto Bellucci, director de los museos de Arte Decorativo, de Arte Oriental e interventor en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).

Justamente el MNBA tiene, además de una colección de unas 500 fotografías, un espacio permanente dedicado a esta disciplina. En el Museo Isaac Fernández Blanco se ofrece desde hace cinco años un ciclo permanente de exposiciones fotográficas. Según su director, Jorge Cometti, este ciclo contribuyó, junto con otras modificaciones de la programación, a que el número de visitantes aumentara de 30.000 en el año 2000 a más de 100.000 en 2004.

Sólo en el Centro Cultural Recoleta se ofrecieron, entre enero y octubre de este año, 27 muestras de fotografía.

En la Secretaría de Cultura de la Ciudad no existen registros del número de actividades que privilegian la fotografía sobre otras expresiones artísticas. "Pero sí podemos afirmar que todos los museos tienen su propia colección fotográfica, y en el Fotoespacio de Retiro, en la torre monumental, hay siempre tres exposiciones simultáneas", dijo Mónica Guariglio, directora de Museos del gobierno porteño.

El número de muestras, certámenes y cursos para y de fotógrafos profesionales y amateurs es "un delirio", según la reacción del fotógrafo y artista Adrián Barrio, director de la guía porteña de actividades fotográficas VeoVeo, cuya sola existencia es una de las señales de la atracción que ejerce hoy la fotografía. "Hace cinco años yo buscaba información sobre lo que se hacía en fotografía. Me costó mucho encontrarla y por eso se me ocurrió hacer esta guía", contó Barrio.

Otro hecho elocuente es la historia del Festival de la Luz. Cuando comenzó, en 1989, se propuso como Encuentros Abiertos de Fotografía y participaron 120 profesionales. El año pasado, en su última edición, participaron 50 galerías de arte, todos los museos que dependen del gobierno porteño y algunos privados; se hicieron 262 exposiciones simultáneas en 19 provincias de 700 artistas del país y del exterior. Convertido en bienal desde 1998, el encuentro forma parte del Festival de la Luz, una colaboración internacional entre 22 festivales de tres continentes.

Elda Harrignton, alma mater de esa iniciativa junto a Alejandro Montes de Oca, recuerda que fueron muy pocos los museos que albergaron esta experiencia durante los primeros años. Les ofrecían pequeñas salas en desuso. "Ahora hay museos que no son incluidos en el programa que nos llaman para ofrecer sus sedes", dijo Harrington.

"El mundo se debía este reconocimiento de la fotografía como arte; lo estábamos esperando, por eso lo disfrutamos tanto", dijo a LA NACION la artista plástica Pelusa Borthwick todavía asombrada por la respuesta que tuvo la convocatoria del primer salón de fotografía de expotrastienda. La Asociación Argentina de Galerías de arte (AAGA), entidad organizadora de la propuesta, recibió 1832 fotografìas; 50 de ellas se exponen hasta mañana en el Centro Cultural de la Cooperación.

Fenómeno mundial

Borthwick observa que el reconocimiento es en el nivel internacional. Hay cada vez más fotos en bienales de arte como las de Venecia, Estambul o San Pablo. Y cada vez son más también los galeristas argentinos que frecuentan los negocios de sus colegas europeos, que quieren tener fotos.

Harrington enumera los coleccionistas que "ante el auge de la fotografía en el mundo de las artes visuales y ante los aún bajos costos de ésta", la incluyeron en sus colecciones: Mauro Herlitzka, Marion Helft, Aníbal Jozami, Jean Louis Larivière, Eduardo Costantini y Patricio Lóizaga, entre otros.

Pero, a diferencia de lo que pasa en otros mercados, en el argentino la atracción por la fotografía no llegó a tocar, todavía, el bolsillo de los consumidores de arte. "Se vende muy poco", se lamenta Harrington.

Silvia Mangialardi, directora de la revista Fotomundo, fundada en 1966, considera que "todavía cuesta que la gente entienda que una foto pueda ser una obra de arte", aun cuando la disciplina fotografía se está imponiendo como medio de comunicación y como el arte de nuestro tiempo. "Es enorme la cantidad de artistas plásticos que trabajan actualmente sobre soporte fotográfico y, en comunicación, también cada vez más la foto tiene un rol protagónico", dijo.

Para Jorge Da Fonseca, titular del portal multimagen.com, creado en 1997 y que es visitado por unas 80.000 personas mensualmente, "la fotografía está viviendo una transformación -pasar de lo analógico a lo digital- que, quizá, sea la más grande de su historia".

También para Américo Castilla, director de Museos y Patrimonio de la Secretaría de Cultura de la Nación, la "fotografía está viviendo su mejor momento de lucimiento con relación a las otras artes".

Por Silvina Premat
De la Redacción de LA NACION

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